Mami Fea!!

Mis hijas cumplieron 4 años la semana pasada. Ahora tengo un par de niñas que, en sus propias palabras, “ya son grandes” y “ya no son bebés”.

Esto viene con una dosis de maravillosas conversaciones, de increíbles anécdotas, canciones cantadas a todo pulmón y hermosos besos, abrazos y “Mami, te amo” que salen de sus pequeños corazones, en sus pequeñas vocecitas.

Otras de las cosas que salen de sus vocecitas son berrinches monumentales, enojos y peleas. Hace un par de semanas, una de ellas se enojó mucho porque quería comer “un dulce más” y yo le dije que no podía comer más dulces sino hasta después de comer. Empezó a llorar, cruzó los bracitos y me gritó muy enojada: “¡Mami, tú eres fea y te voy a acusar con tu oficina!”.

Cuando eran recién nacidas, me pregunté cómo podría alguna vez enojarme con ellas. Claramente, ahora sé que me puedo enojar, pero también, que ellas pueden enojarse conmigo.

Las mamás y papás somos compañeros de juegos, cunas, amigos y trampolines. Pero cuando llega el momento de poner límites y mostrarse firmes, es muy probable que nos llevemos un “Mami, fea” o un terrible “Te odio”.

Cuando ese momento llega, podemos estar seguros de que, aunque se siente horrible, estamos haciendo las cosas bien. Nuestros hijos saben que hay reglas, límites y disciplina y aunque no les gustan, deben cumplirlos.

¿Qué hacer ante el enojo de tu hijo?

No cedas. Si para evitar que se enoje le das todo lo que quiera, lo conviertes en un tirano. Al final, sufrirá él y sufrirás tú las consecuencias.

Se empática. Está enojado y eso está bien; dile que lo entiendes aunque no puedes ceder ante lo que quiere.

Dale opciones. Si no puede comer helado antes de comer, ofrécele que sea de postre; tal vez no puedan quedarse más tiempo en el parque, pero pueden volver mañana. Sé firme y que sepa que lo que estás haciendo es por su bien.

No te tomes su enojo como algo personal. Se siente feo que te digan que te odian, pero por ahora, no sabe realmente lo que está diciendo y apenas está aprendiendo a expresar lo que siente. No te odia y te ama muchísimo.

Nunca le digas “Yo también”. Si te dice que te odia y eres fea, dile que tú lo amas muchísimo. Una vez que se calme, pueden platicarlo.

Cuando estas cosas suceden, es importante aprovechar la oportunidad para enseñarle a guiar sus emociones, a que sepa que no está bien expresarse así y que en vez de decir “te odio”, aprenda a decir “me enoja” o “me pone triste”. Lo que es vital es que sepa que si pones límites es porque lo amas y estás haciendo algo bueno para él.

Mi historia terminó a la media hora, cuando mi hija se calmó, comimos juntas y al terminar me pidió una galleta de postre. Ni se acordó del dulce, ni me acusó con mi oficina.

Faltan muchos “te odio”; espero poder lidiar con ellos… cada uno a su tiempo.